Los Patrones nace como un agradecimiento al trabajo de la vieja escuela de fabricantes, un homenaje al talante industrial regiomontano. El taller huele a trabajo, fierros y aceite. Aquí la cumbia norteña y el vallenato se disfrutan entre mazazos y soldadura. Es el estilo, orgullo y sudor de la CROC, a las faldas del cerro del Topo Chico.