El proyecto de Experiencias Comer y Beber fue una propuesta integral para evolucionar uno de los canales de consumo tradicionales de Arca Continental, la segunda embotelladora de Coca-Cola más grande de América Latina y una de las más importantes del mundo. Para ello, se implementó una estrategia a lo largo de 10 estados en donde se buscó transformar la ocasión de consumo hacia una experiencia que estimula los sentidos del consumidor, causa emoción, y da vida a las promesas que da la marca. Con el fin de reunir características únicas y trascendentales del día a día de las personas, se realizó una investigación de campo, donde conocimos las necesidades del canal utilizando metodologías de Service Design Thinking. Parte de la estrategia fue ayudar al tendero a ser el mejor anfitrión al hacer sentir a los comensales como en casa. Se aplicaron diferentes herramientas para generar propuestas coherentes con el entorno actual del canal y los distintos perfiles de usuario, culminando en el enriquecimiento de la experiencia de consumo y la consolidación de la identidad que envuelve a estos lugares icónicos en la sociedad mexicana (como lo son las fondas y los restaurantes de comida rápida).

Se diseñaron más de 20 objetos en torno a esta nueva experiencia en el Canal Comer y Beber, combinando elementos dirigidos a todos los usuarios, e integrando algunas piezas diseñadas específicamente para los perfiles establecidos. Parte importante del proyecto fue lograr una comunicación eficiente entre la marca y la información del local, considerando elementos como su menú y promociones. Además del mobiliario, se innovó en la propuesta de valor al incluir piezas que nunca habían sido implementadas en este tipo de entorno, como macetas y cargadores para teléfonos celulares. Todo esto como parte del entendimiento de las preferencias y necesidades de las personas que visitan día a día estos establecimientos.

Las formas y geometrías de los objetos están inspiradas en la marca Coca-Cola y su distinguible color rojo. El lenguaje estético es sencillo: las secciones de una circunferencia se intersectan por planos que contrastan, generando ligereza en los soportes con superficies protagónicas. Este juego de elementos da una estructura al diseño desde una perspectiva, no sólo funcional sino también estética, permitiendo reestructurar y jugar con las configuraciones, logrando que cada elemento se comunique con el usuario de forma concisa. Todos los objetos deberían ser identificados como parte de esta nueva estrategia de marca, aún sin estar en el mismo espacio.